jueves, 3 de octubre de 2013

Navidad o Consumismo.

Cuando pregunto a un niño ¿te gusta la navidad?, ellos responden -¡SI!-, muy entusiasmados y con un peculiar brillo en los ojos, aquel brillo que distingue la alegría innata y sincera de ellos, la siguiente pregunta a realizarles es un tanto obvia: “¿por qué?”, a lo cual responden – Me gusta por los regalos-, –es divertida-, -vienen mis primos-. Por otro lado vemos las tiendas llenas de personas comprando regalos, comida, flores, dulces y demás cosas para obsequiar o preparar este gran evento, gastando así grandes cantidades de dinero y esfuerzo porque todo salga perfecto en la gran noche donde se celebra el nacimiento del Mesías aquel que vino a este mundo a dar su vida por nosotros y nació con un destino predeterminado a ser víctima: golpeado y ultrajado y la gran mayoría de su tiempo sin darle la importancia adecuada en aquellos tiempos, traicionado por uno de sus mismos seguidores y muerto en la cruz después de azotes constantes y burlas insistentes ante su supuesta locura y comportamiento blasfemo. Algunos no creen en él, algunos sí, pero muchas personas festejan por igual, claro de acuerdo a la religión y creencias que profesen, sin embargo muchos a sabiendas o no, no toman importancia de ello y festejan como un evento mundial-familiar. Algunos festejan únicamente esa noche, sin embargo otros celebran desde el 12 de diciembre hasta el 6 de enero (prácticamente un mes) en diferentes ocasiones en eventos denominados “Posadas” las cuales también su objetivo principal ha sido distorsionado transformándolo en una fiesta desde las mas familiares a las menos “familiares”, esta clase de festividades son para representar la difícil travesía que cruzaron José y María en busca de un lugar para pasar la noche cuando el nacimiento de Jesús, sin embargo ahora se utilizan en su mayoría para un motivo mas de festejo. En efecto, así como se escucha arriba (revuelto e incomprensible) se encuentra también el verdadero significado de la navidad, pues se ha transformado en una forma más de mercadotecnia, de gasto y festejo desmesurado, olvidando así el porque de este, incluso los ateos lo celebran, celebran el nacimiento de un ser que en efecto existió, sin embargo incomprobable su relación directa con “el de allá arriba” llamado Yaveh por los católicos. El Mexicano como siempre tan fiestero ocupa estas fechas como pretexto para un festejo de casi un mes de duración, como lo hablo Octavio Paz y también Gabriel García Marqués: El mexicano (incluso mas bien “los latinos”) son personas que festejan, pues tienen porque hacerlo, por que poseen la necesidad de hacerlo “por su soledad y el vacío ante una sensación de “no pertenencia” y “no nacionalidad” pues el vacío que dejo la conquista es inmenso, esto a causa de la colonización europea a América.

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